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Palmeras en la nieve


Cartel de Palmeras en la nieve

Desde 1926 la isla de Fernando Poo (ahora Bioko) formó parte de la Guinea Española, aunque era posesión española desde 1778, hasta que en 1968 se proclamó la independencia del país. La progresiva escalada de tensión y violencia de esos años supuso un complejo episodio de nuestro pasado del que apenas llegaban noticias a la península. "Palmeras en la Nieve" sitúa su acción por una parte en el periodo de transición de las colonias a provincias de ultramar hasta la independencia definitiva, y por otra en el presente, en Bioko, un territorio herido tras años de inestabilidad, dictaduras, desapariciones, tortura, y falta de libertades.

Se trata una historia tan épica como intimista que tiende puentes entre dos tiempos, dos culturas y dos generaciones.

El descubrimiento accidental de una carta olvidada durante años empuja a Clarence a viajar desde las montañas de Huesca a Bioko para visitar la tierra en la que su padre Jacobo y su tío Kilian pasaron la mayor parte de su juventud, la isla de Fernando Poo. En las entrañas de un territorio tan exuberante y seductor como peligroso, Clarence desentierra el secreto de una historia de amor prohibido enmarcado en turbulentas circunstancias históricas cuyas consecuencias alcanzarán el presente.

     Título original: Palmeras en la nieve
     Año: 2015
     Duración: 163 min.
     Nacionalidad: España
     Género: Drama.
     Fecha de estreno: 25/12/2015
     Calificación: Mayores de 16 años
     Distribuidora: Warner Sogefilms, S.A.

 

Trailer:

Comentario

Cuando terminé de leer la novela Palmeras en la Nieve, de Luz Gabás, tuve la sensación de hacer un viaje increíble en el tiempo y el espacio. Un viaje a través de la vida de varias generaciones de una familia, el viaje de descubrimiento de un continente mágico, África, y también un viaje emocional y catártico, el de Clarence, que a través de los secretos del pasado de su padre y de tu tío, aprenderá a comprender mejor su propia historia. Esa sensación de transportarme a otro lugar, muy lejos de donde estaba en ese momento, es lo que me enamoró, y me hizo desear con fuerza contar esta historia a través de una película. Porque era esa magia la que conectaba Palmeras con algunas de las historias que me han enamorado desde siempre en una sala oscura de cine. Desde El imperio del Sol, al Paciente Inglés, pasando por Master and Commander, o Expiación. Historias más grandes que la vida, que te sumergen en el relato hasta el punto de olvidarte de ti mismo. Te hacen viajar a otro mundo, a otra época y en dos horas tienes la sensación de haber vivido durante años junto a esos personajes. Palmeras en la nieve es la historia de una familia, pero no solo eso. Es la historia del viaje de dos hermanos a Guinea para descubrir un mundo ajeno a su pequeño pueblo del Pirineo, pero también es una historia de secretos que marcan para siempre, y una película colonial, sobre el impacto emocional que produce transitar los paisajes africanos. Es también el relato de una serie de personajes que tuvieron que vivir durante décadas alejados de sus familias, de su país, y que crearon entre ellos vínculos que se mantuvieron después durante décadas. Pero también una película sobre el final de una era, y probablemente una de las historias de amor más bellas que he leído desde hace mucho. En los tiempos que corren, historias como las de Kilian, Jacobo, Julia, etc... son necesarias. Porque son historias que nos recuerdan que nada es imposible, que hay que luchar por lo que uno cree, por lo que uno quiere, por muy difícil que sea. Porque si te empeñas, con la fuerza con la que los personajes de Kilian y Bisila se aferran a su historia de amor imposible, puedes hacer que crezcan, aunque sea durante un tiempo más o menos breve, Palmeras en la nieve.