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Wall Street. El dinero nunca duerme


Cartel de Wall Street. El dinero nunca duerme

En 2001, Gordon Gekko, tras cumplir condena por fraude financiero, blanqueo de dinero y asociación ilícita, sale por las puertas de la prisión federal siendo un hombre completamente distinto. Ya no es el rey de Wall Street; Gekko está sin afeitar y despeinado. Nadie ha venido a recogerle, ni siquiera su hija Winnie, de la cual se ha distanciado, ni ninguno de sus colegas de Wall Street, que durante su ausencia se han mantenido ocupados amasando fortunas cada vez más inmensas. Después de ocho años de prisión, ahora Gekko está solo y es un completo desconocido.

En 2008, Jake Moore, un joven e inteligente agente de patentes, está ganando millones en la respetable firma Keller Zabel Investments, que dirige Louis Zabel, el mentor de Jake. Entretanto, la novia de Jake, Winnie, le anima a perseguir su objetivo -sustentado en un idealismo que ella echó de menos en su padre, Gordon- de invertir en energías limpias.

Una ola de rumores relativos a que Keller Zabel acumula miles de millones de activos tóxicos provoca de repente la caída en picado del valor de las acciones de la compañía, y Louis Zabel se ve forzado a luchar por la subsistencia de su empresa ante la Reserva Federal. Cuando el gobierno le niega el rescate financiero, Bretton James, accionista del poderoso banco de inversiones Churchill Schwartz, decide adquirir Keller Zabel por mucho menos de su valor.

Jake, profundamente endeudado también ahora, con riesgo de perder su empleo y afligido por la muerte de su mentor, asiste a una conferencia de Gordon Gekko en la Universidad Fordham, donde está promocionando su nuevo libro: ¿Es buena la codicia? A lo largo de su charla, Gekko señala que la codicia ya no es que sea buena sin más, es que es absolutamente legal, y que se ha generado un cáncer dentro del sistema financiero, con una desenfrenada especulación y el aumento del endeudamiento, que arrastrará a la economía americana hacia la perdición.

Sin saberlo Winnie, Jake decide ir a ver a Gekko y se ofrece a ayudarle a recomponer la relación con su hija, a cambio, Gekko le revela a Jake por qué Louis Zabel fue traicionado por sus colegas de la banca. De esta forma se establece una alianza cuyo objetivo para Jake es vengarse por la destrucción de Keller Zabel, así como ayudar a Gekko a reconciliarse con su hija Winnie. ¿Pero de verdad Gekko ha mudado su piel de serpiente?

     Título original: Wall Street: Money never sleeps
     Año: 2010
     Duración: 136 min.
     Nacionalidad: EE.UU.
     Género: Drama.
     Fecha de estreno: 08/10/2010
     Calificación: Mayores de 7 años
     Distribuidora: 20Th. Century Fox Home Entertainment Epaña, S.A.

 

Comentario

El 9 de septiembre de 2009 se inició el rodaje de WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME en unos estudios de televisión del centro de Manhattan, filmando una secuencia donde unas "cabezas parlantes" daban las noticias financieras de una cadena; fue el único día del total de doce semanas de rodaje que no se filmó en la ciudad de Nueva York. La productora ejecutiva Celia Costas, que había trabajado como responsable de localizaciones en "Wall Street", aprecia una gran diferencia entre rodar en la ciudad en los años 80 y en 2009. "A mediados de los 80, rodar una película en Nueva York era una actividad poco habitual", declara. "Todos y cada uno de los aspectos del filme suponían reinventar la rueda. Filmar la secuencia de la comida en el Club 21 de 'Wall Street' supuso un auténtico reto, y rodar en la sala de juntas del entonces edificio AT&T, en Madison Avenue, no tenía precedentes".

Mientras que gran parte de la original "Wall Street" se rodó en exteriores, la principal localización, que era la base de operaciones de la compañía de Bud Fox, tuvo que construirse. "Conseguimos casi 8.000 metros cuadrados en un edificio recién terminado de oficinas y básicamente creamos nuestro propia central de operaciones bursátiles en ese espacio", recuerda Costas. "Entonces ninguna agencia de valores nos habría permitido el acceso".

Al recorrer diversas agencias de operaciones bursátiles en busca de localizaciones para WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME, Stone y su equipo tuvieron una acogida mucho más cálida que dos décadas atrás. "Empezamos visitando diferentes agencias de valores, y tuvimos una reacción sorprendente", recuerda el productor Eric Kopeloff. "A medida que nos aproximábamos a ciertas zonas -están situadas en las plantas más altas-, se iba haciendo un gran silencio al darse cuenta de que Oliver estaba allí. Y las setenta y cinco personas de una sala se levantaban y empezaban a aplaudirle".

WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME pudo por tanto conseguir auténticas agencias de valores para rodar sus localizaciones. Como eran grandes admiradores de "Wall Street", los propios operadores bursátiles deseaban aparecer en la nueva película. "Simplemente accedimos a un ilimitado número de sitios reales y rodamos durante los fines de semana, cuando no se utilizaban", dice Costas. "Y empleamos a muchos verdaderos operadores de Bolsa. La impresión de estar en una auténtica agencia de valores fue algo genial".

"Me quedé muy sorprendida cuando empecé a buscar localizaciones y comprobé el gran número de personas que trabajan en el área de las operaciones intradía", añade la diseñadora de producción, nominada por la Academia, Kristi Zea. "Por tanto, lo que realmente quería era buscar las principales agencias de valores, las más importantes y atractivas que pudiéramos encontrar". WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME se rodó en parqués del Royal Bank de Canadá, del World Financial Center y de Creditex, en el centro de Manhattan, así como en el Knight Capital, de la ciudad de Jersey, New Jersey, entre otros escenarios.

"Los parqués han sufrido un drástico cambio desde 'Wall Street'", añade Zea. "Los avances tecnológicos que han tenido lugar son increíbles, en términos de velocidad en las transacciones, de demanda de decisiones rápidas e inmediatas y de lo que la informatización ha supuesto para el mundo financiero".

Durante su investigación, LaBeouf descubrió que la tecnología no sólo había cambiado el negocio de las inversiones, sino que también había hecho al mundo financiero más cerrado. "Disponen de cuentas privadas en Twitter y suministran información mediante esa vía", explica el actor. "Por ejemplo, alguien puede enviar un mensaje a través de Twitter contando que una entidad concreta va a subir dos puntos ese día, algo que no puedes obtener en la prensa de forma tan inmediata. Cuando lo lees en un periódicoi, la información ya es vieja".

El interminable flujo de información se ve reflejado también en las ubicuas pantallas de televisión que actualizan constantemente la prosperidad del mercado. Muchos de los más importantes comentaristas financieros de la actualidad aparecen a través de esos "informes" y "comentarios" que se reproducen en la película.

Al igual que LaBeouf, Josh Brolin visitó también varias agencias de valores, incluyendo la Bolsa de Nueva York, que no se puede ver en WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME; la Reserva Federal ha sustituido a la Bolsa como principal localización de la película.

"Fui a un parqué y hablé con los operadores, y lo más extraordinario fue comprobar cómo es en la actualidad", dice Brolin. "Dado que hoy todo se comunica digitalmente, estar allí les resulta tremendamente aburrido. Por lo tanto, pude escuchar muchas historias sobre cómo solía ser, cuando estos chicos estaban inundados de papeles, escribiendo a mano todas las órdenes y pendientes del teléfono para comprar o vender. Me comentaban que la excitación se podía sentir".

Entre los muchos ejecutivos y expertos financieros de Wall Street que Oliver Stone eligió para llevar a cabo su investigación estaban: Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York y escritor, más conocido como "Dr. Doom" (doctor Fatalidad) por su predicción de la crisis económica de 2008; el extraordinariamente exitoso inversor George Soros; Sam Waksal, fundador de ImClone; James Chanos, multimillonario director de fondos de cobertura; y Vincent Farrell, Jr., director general de inversiones de Soleil Securities, que también trabajó como asesor in situ para la película.

"Yo no había leído un guión en mi vida, pero pensé que el guión de WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME era realmente bueno", dice Farrell, a quien le solicitaron asesoramiento tras filmar el primer día de rodaje un papel que le resultaba familiar, el de experto financiero. "Y a mí me pareció muy realista". Farrell fue entonces al plató para responder a algunas cuestiones relativas a secuencias que tenían lugar en los parqués. "'¿Cómo es un parqué justamente antes de la apertura de los mercados, cuando ya han abierto y después? ¿Qué tipo de actividades se desarrollan?', Farrell recuerda las preguntas del equipo de realización. "Me quedé muy impresionado por su esfuerzo en hacer que todo resultara creíble".

Para el diseño de vestuario, Stone contó de nuevo con Ellen Mirojnick, cuyos diseños para "Wall Street", y, en concreto, para el personaje de Gordon Gekko, se han convertido en todo un símbolo. Mirojnick ha disfrutado de una larga relación laboral con Michael Douglas, pues también diseñó el vestuario de otras dos películas protagonizadas por el actor: "Atracción fatal" y "Black Rain". Mientras trabajaba en "Wall Street", Mirojnick dice que descubrió el Wall Street real, enemigo de la publicidad y muy tradicional. "Estaban detrás de las puertas", recuerda. "Era un entorno muy, muy aburrido y muy conservador". Para Gekko, sin embargo, Mirojnick imaginó algo muy especial. "Era el villano, y la idea era hacerle tan seductor y poderoso como fuera posible", dice Mirojnick. "Quería que se pareciera algo a Cary Grant. Era una especie de estilo años 30 adaptado a los 80. Por entonces había cierto encanto, elegancia y distinción. Y es que para Wall Street la imagen de Gekko representaba el éxito".

El característico pelo engominado de Gekko en "Wall Street" fue una idea del propio Michael Douglas, según cuenta Mirojnick. "Michael puso sobre la mesa el peinado de Pat Riley [entonces entrenador de Los Angeles Lakers]", dice la diseñadora. "A Douglas le gustaba ese look, y dijo: 'Dejadme intentarlo'. Y lo hizo. Todo encajó perfectamente".

No obstante, en 2008 Gekko no es el hombre que fue en otro tiempo, ni tampoco su imagen. Delincuente convicto y marginado de Wall Street, Gekko ahora está promocionando su libro, ¿Es buena la codicia?, donde pronostica graves consecuencias económicas como resultado de la galopante especulación de Wall Street. Por consiguiente, el atuendo de Gekko sigue siendo caro, pero es mucho menos formal. "Es una versión relajada de Gordon Gekko", dice Mirojnick. "Es un estilo algo descuidado y confortable. Un tiburón disfrazado de oveja".

Para el personaje de Jake Moore (Shia LaBeouf) y para Bretton James (Josh Brolin), ambos exitosos potentados ganando millones de dólares, todos los trajes se hicieron a medida. "Han pasado 22 años [desde los sucesos de "Wall Street"], y ahora el mundo es todavía más opulento; hay mucho dinero", explica Mirojnick. "También hay un alto nivel de testosterona, por lo tanto, todo lo quieren a la medida. En consecuencia, les confeccionan las camisas y tienen su propio sastre".

Winnie Gekko (Carey Mulligan), por el contrario, lleva ropa menos ostentosa, más apropiada en una blogger progresista. "El vestuario de Carey es sencillo y cómodo", explica Mirojnick. Pero Winnie lleva puesto un traje caro -un vestido de Oscar de la Renta- en una secuencia que tiene lugar en una gala benéfica que se celebra en el Museo de Arte Metropolitano, donde varios de los personajes coinciden inesperadamente, lo que incluye un enfrentamiento entre Gekko y un antiguo adversario que parece haber logrado la fortuna y el éxito que se le ha escapado a Gekko.

Rodada en el Great Hall del antiguo edificio Cunard, en Lower Broadway, un espacio neoclásico con elevados arcos de estilo romano, la jornada benéfica, con asistentes de la alta sociedad de Nueva York, refleja la magnitud que ha alcanzado el gran capital de Wall Street. "Oliver quería que la gala fuera como la fiesta del Titanic antes de hundirse", dice la diseñadora de producción Kristi Zea.

"Lo llenamos de árboles y de hermosas luces resplandecientes, y (el director de fotografía) Rodrigo Prieto tuvo la maravillosa idea de iluminar todas las mesas desde abajo, de forma que daban la sensación de ser burbujas brillantes", describe Zea.

Tras trabajar con Prieto en su película "Alejandro Magno" y en los documentales "Comandante", "Buscando a Fidel" y "Persona non grata", Stone y el director de fotografía consiguieron una colaboración muy fluida en WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME, según el productor Ed Pressman. "Rodrigo ha inventado de manera discreta algunas formas de coreografiar escenas muy elaboradas, y yo creo que en su colaboración con Oliver se ajusta como un guante", señala Pressman. "Ambos trabajan de manera muy improvisada, lo que aporta al filme una vida y una dinámica muy difíciles de conseguir".

"Creo que en esta película, toda la dirección de Oliver refleja la madurez y experiencia que le han convertido en un verdadero maestro", añade Pressman.

"WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME no habla únicamente de la codicia sino también de la envidia y el exceso", dice Stone. "Envidia es una palabra importante. Si tú tienes 50 millones de dólares, eso es un montón de dinero. Debería satisfacer tu codicia. Pero si no eres feliz con 50 millones de dólares porque tu amigo está haciendo cientos de millones de dólares, eso ya no es codicia, es envidia".

"Yo creo que la codicia es tan antigua como la Biblia", concluye Stone. "Está incrustada en el hombre. Y lo único que ocurre ahora es que se ha convertido en algo lícito. Forma parte de la vida".

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