Leonera |

Julia es acusada de la muerte de Nahuel e ingresada en la unidad penitenciaria donde se alojan las reclusas madres y embarazadas. Mientras espera a que nazca su hijo, ve pasar los días, abstraída y ajena. Dos mujeres se incorporan a su vida: Marta, una compañera de reclusión que ya ha criado dos hijos dentro de la cárcel y que se convierte en guía y consejera; la otra es Sofía, su propia madre, un personaje ambiguo con el que Julia se reencuentra después de muchos años. Sofía trata de reparar los errores del pasado, ayuda a su hija, le contrata un buen abogado, le lleva ropa para el bebé, y poco a poco restablece la relación con Julia.
La causa judicial por la muerte de Nahuel tiene dos posibles culpables: Julia y Ramiro, que el día de autos se encontraban junto al cuerpo sin vida de Nahuel (Ramiro, cubierto de sangre, todavía vivía). Los dos hombres, de un modo confuso y simultáneo, han sido amantes de Julia, que no sabe cuál es el padre del hijo que espera. Durante el desarrollo de la causa, los testimonios de Julia y Ramiro se oponen, el uno incriminando al otro. El hijo nace, se llama Tomás. La crianza en la cárcel es difícil. Sin embargo, Julia comienza a sentirse madre casi sin quererlo. Comprende que lo único que le importa es la nueva criatura que ahora la acompaña, que no hay para ella más vida que la de ese niño.
Título original: | Leonera | |
Año: | 2008 | |
Duración: | 113 min. | |
Nacionalidad: | Argentina, Corea del Norte, Brasil | |
Género: | Drama. | |
Fecha de estreno: | 21/11/2008 | |
Calificación: | Mayores de 13 años | |
Distribuidora: | Alta Films, S.A. |
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Comentario
"Mira, papá, están pintados de color rosa", dijo Mateo cuando tenía cuatro años. Miré a un lado de la autopista y vi unos enormes bloques de cemento, módulos carcelarios. En efecto, uno de ellos tenía las paredes coloreadas. Esas palabras de mi hijo acerca de los detalles cromáticos de las paredes fueron el origen de LEONERA. Módulos que albergaban a madres con sus hijos: hijos que habían perdido su libertad para estar cerca de sus madres; madres que harían lo que fuera por el bienestar de sus hijos incluso cuando la reclusión conspira contra ese derecho básico.
Todo ello se hacía difícil de entender. Es difícil encontrar respuestas claras para unas situaciones tan absurdas. Mientras estábamos documentándonos, descubrimos que esa realidad es el producto de un esquema que se repite en los sistemas penitenciarios de muchos países, pero, curiosamente, no hay mucho acuerdo en la edad máxima para que un niño se críe en la cárcel. Algunos entienden que es de año y medio, durante la lactancia; otros, hasta que los niños tienen seis años; en Argentina, hasta los cuatro. Nuevas contradicciones pero una certeza, la de que la sociedad da la espalda a esta situación, porque en muy pocos países hay quien se atreva a levantar la voz para defender una posición. Es difícil ver a niños en prisión y es todavía más difícil legislar para esos niños inocentes.
Se podría soportar la desesperación contra la reclusión si, al menos durante unos segundos, llegara un sentimiento de esperanza y solidaridad. De esos breves instantes nacen historias que iluminan esas vidas: los muros y los barrotes pierden densidad y los funcionarios de prisiones se convierten en canguros. Por todo ello, LEONERA se propone construir, no sólo un cuento cinematográfico, sino una habitación para el debate y la reflexión. La maternidad, la soledad, el amor, la reclusión y la esperanza son los ejes de esta película."