Cerca del mar y muy próximos entre sí, hay dos colegios. Un hombre de ideas anticuadas gobierna el centro de los muchachos, mientras que dos monjas con ideas más modernas regentan el de las jóvenes y convencen a don César, no sin dificultades, de que entre los chicos y las chicas (de 16 a 19 años) pueda existir una sana y honesta amistad. Aquí estudia Rocío, cuyo padre, un famoso pianista, se encuentra casi siempre en el extranjero. Un día, los chicos y las chicas descubren una ermita románica a orillas del mar y deciden su reconstrucción. Para allegar fondos, organizan una función, a la que asistirán los familiares, Rocío teme que su padre no asistirá.